Depresión adolescente: Nah.. debe ser la edad del pavo

Adolescente con depresión. Sufrimiento y tristeza

Nah, supongo que todo está bien.
O bueno, eso es lo que siempre digo, ¿no?.
Pero la verdad es que… no lo está. 

Me levanto por la mañana y lo primero que pienso es: ‘Otra vez lo mismo’.
Voy al instituto, me siento en clase, escucho a los profes hablar y soporto el chaparrón de cosas que me importan una mierda. Eso si, tienes que fingir entusiasmo porque sino, te suspenden por mala actitud…
Hipócritas.

Paso de quedar con mis amigos porque no tengo ganas de fingir que estoy bien. Si lo hago, me siento como un fraude. Y si no lo hago, también me siento mal. Da igual lo que haga, siempre acabo sintiéndome vacío. Sin más.

Ayer mi madre entró en mi habitación.
Estaba tumbado mirando el techo, sin ganas de hacer nada.
Me miró y dijo: ‘Hijo, ¿estás bien? Te noto raro’.
Yo, claro, le solté el típico ‘Sí, todo bien’ ¿qué más iba a decirle?
Estaba con el mood de evitar que empiece con comentarios de ‘pero si lo tienes todo’ o ‘es solo una racha’,
«todo va a ir bien».
 

No, gracias. No tengo energía para explicarle que esto no es solo estar triste.
Así que me di la vuelta y me puse los cascos.
Cuando salió, sentí un nudo en el pecho.
Parte de mí quería gritarle que me siento fatal, no me va a entender.

Luego está mi padre.
Siempre me dice que tengo que «echarle ganas», que «en la vida hay que ser fuerte».

La otra noche durante la cena, soltó algo como: ‘Cuando tenía tu edad, trabajaba y estudiaba. No había tiempo para tonterías’. Tonterías.
Esa palabra se quedó dando vueltas en mi cabeza.
Así que me levanté de la mesa con cualquier excusa. 

Realmente no le culpo. No puede entender algo que ni yo se explicar.

 

Síntomas que no hay que pasar por alto

  1. Cambios de ánimo y comportamientos evitativos: Si tu hij@ parece desconectado/a, como si nada le importara, presta atención. Evitar actividades que antes disfrutaba puede ser una señal importante. 

  2. Ni sale ni queda ni se relaciona: Si un adolescente deja de relacionarse y no tiene ni UN amigo, hay como mínimo, que preguntar. 

  3. Cambios en el sueño y la alimentación: Dormir demasiado o tener insomnio, comer más o menos de lo habitual… Estos cambios suelen pasar desapercibidos, pero son clave.

  4. Dificultades en el colegio: Bajada en las notas, falta de interés en los estudios o problemas de concentración pueden estar relacionados con un estado emocional alterado.

  5. Frases preocupantes: A veces, los adolescentes expresan su malestar de formas más sutiles, como decir: ‘Estoy harto de todo’, ‘Nada tiene sentido’ o incluso bromas sobre su propia vida que no deberían tomarse a la ligera – mi trauma, mis chistes

La historia de arriba refleja pensamientos que puede tener cualquier chaval/a con depresión.
Se trata de una etapa que se suele identificar con la rebeldía. 
A menudo, los adultos, pensamos que son «exageraciones», «maneras de llamar la atención»…

Lo cierto es que la depresión tanto adulta, como infantil, como por supuesto, la adolescente… es una condición compleja que afecta tanto a nivel emocional como físico, social y cognitivo.

Piénsalo, sí quiere llamar la atención con estas cosas… quizá tenga un problema real y es su forma de pedir ayuda.

¿Todo mal? Nah, hay salida

Quizá lo mejor sea salir de la soledad

¿Es normal sentirse así… O soy un caso perdido?

Puede que te sorprenda… pero al igual que tu llevas la procesión por dentro… otros muchos también. 
Hay muchas personas que se encuentran mal, que estan en el bucle, como tú.

No es que seas un caso perdido, de todo se sale, pero hay que hacer algunos ajustes…

Hablar con alguien que pueda ayudarte a entender lo que está pasando… Pero muchas veces, no es suficiente contar con buenos amigos. A veces se necesita contar con un profesional que esté especializado en el tema. y que haya conocido a bastantes chic@s de tu edad, con emociones similares.

¿Cómo le digo a mis padres que necesito ayuda?

Esto es un paso que requiere valentía y afrontamiento. Muchas veces da vergüenza reconocer que no estas bien y necesitas a alguien… 

A veces es el miedo a que no te entiendan, o el miedo a que infravaloren lo que sientes… Puede ser que simplemente no quieras preocuparles.
Te dejamos aquí algunos consejos:

  1. Elige un buen momento: Busca un momento tranquilo donde puedan escucharte y haya un ambiente relajado. Podría ser después de la comida o la cena, pero intenta que no haya prisas. Puedes aprovechar esos momentos en los que tu madre o padre te pregunta si te pasa algo.

  2. Exprésate con sinceridad: Puedes empezar diciendo algo como: “Sé que puede sonar raro, pero no me siento bien últimamente y necesito hablar de esto”. No necesitas tener todas las respuestas, solo expresar cómo te sientes.

  3. Utiliza ejemplos concretos: Habla de cosas específicas que has notado, como: “Me cuesta mucho levantarme de la cama por las mañanas” o “Siento que nada de lo que hago tiene sentido”. Esto les ayudará a entender mejor.

  4. Prepárate para sus reacciones: A veces los padres pueden sorprenderse o incluso negar que algo esté mal. Esto no significa que no les importe, solo que quizá no sepan cómo reaccionar. Dales tiempo.

  5. Pide lo que necesitas: Si crees que sería útil hablar con un psicólogo/a, dilo claramente: “Creo que me ayudaría hablar con alguien profesional”. Esto puede ayudar a enfocar la conversación hacia una solución y además puede darles contexto sobre tu situación.

¿Qué pueden hacer los padres?

  1. Escuchar sin juzgar: Puede que si eres padre/madre, en tu época de adolescente, los problemas fueran otros y los vivieras diferentes. Pero eso no es motivo para que tu hij@ no pueda sufrir sus problemas actuales a su manera. Trata de validar sus emociones.

  2. Abrir espacios de diálogo: Crear un ambiente seguro donde puedan hablar sin miedo a ser reprendidos o ignorados. Puedes probar algo como: ‘He notado que estás diferente, ¿quieres contarme qué te pasa?’.

  3. Observar sin invadir: Mantente aten@ a los cambios, pero sin acosar. A veces, un abrazo o una pequeña muestra de apoyo pueden valer más que mil preguntas.

  4. Buscar ayuda profesional: Si notas que los síntomas persisten o empeoran, no dudes en contactar con un psicólogo/a especializado/a. La depresión no se soluciona sola, pero con la ayuda adecuada, los adolescentes pueden aprender a gestionarla y superarla.

Si te has sentido identificado/a… dale cabida a tus emociones.
Por mucho que te digan… lo que sientes es real y válido, aunque ahora te parezca que no hay salida

La depresión puede ser un camino difícil, pero nunca tienes que recorrerlo en solitario. 

Hablar de lo que te pasa no es un signo de debilidad, sino de valentía, y es el primer paso para cambiarlo todo. 

La depresión adolescente no es una moda ni una exageración.
Es un
desafío real que afecta tanto a los adolescentes como a quienes los rodean.

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