Fisioterapia post-quirúrgica: La operación sólo es el principio

Fisioterapia post-quirúrgica rehabilitación tras cirugía

«Lo más difícil no fue la operación, fue lo que vino después.
Salí del hospital con la sensación de que había ganado una batalla, pero también con un cuerpo que ya no reconocía.
Movía una pierna y dolía. Intentaba dar dos pasos y me quedaba sin fuerzas.

Siempre había sido de los que no paran quietos. Trabajo, deporte, familia. Cada día estaba programado al minuto y lo llevaba con orgullo. Pero ahora, ahí estaba: tumbado en el sofá, mirando el techo, sintiendo cómo cada movimiento me recordaba que algo dentro de mí había cambiado. “Tranquilo, es normal”, me decía todo el mundo. “Poco a poco, ya verás.”

El problema era que el “poco a poco” no llegaba. 

La primera vez que intenté atarme los cordones después de la cirugía, me quedé doblado a la mitad, respirando como si hubiera subido un monte. 

No sabía si reírme o llorar. 
Pensé en pedir ayuda, pero me callé: “Ya me recuperaré, soy fuerte. Siempre lo he sido.”

Los días empezaron a parecer semanas. El sofá dejó de ser cómodo y el simple hecho de levantarme me agotaba. A eso se le sumó el miedo: “¿Y si me queda secuela? ¿Y si esto no mejora? ¿Qué va a ser de mí si no vuelvo a ser el de antes?” En mi cabeza, todo iba rápido. En mi cuerpo, todo iba lento.

Un día, mi hijo me encontró intentando alcanzar un vaso en la estantería de la cocina. “Papá, déjalo, te ayudo.” 
La forma en que me miró me dolió más que cualquier cicatriz.
Fue entonces cuando lo entendí: 

Esto no es solo cuestión de tiempo. No me voy a recuperar esperando.”

Así que busqué ayuda.
La primera sesión con la fisioterapeuta fue un reto:
Me escuchó, analizó cómo me movía y me dijo: “No tienes que hacerlo todo hoy. Vamos a empezar por lo pequeño y a hacerlo bien.”

Me enseñó a soltar el cuerpo, a respirar para reducir la tensión, y a moverme sin miedo.

Pasamos de ejercicios simples, como levantar una pierna tumbado, a movimientos que me devolvieron la confianza en mí mismo. “¿Ves lo que acabas de hacer? Hace dos semanas esto te parecía imposible”, me decía. Y tenía razón.

Fue duro, claro. Pero cada pequeño logro —caminar hasta el buzón, agacharme sin ayuda, levantarme del suelo sin sudar— se sentía como una victoria. Poco a poco, fui entendiendo que no era cuestión de “volver a ser el de antes”. Era cuestión de reconciliarme con mi cuerpo tal y como estaba ahora.

Lo que más me sorprendió no fue el dolor físico, sino lo que llevaba acumulado en la cabeza.

El miedo, la frustración, el orgullo de no pedir ayuda… la psicóloga me ayudó a darle nombre a todo eso.

“No puedes recuperarte si solo trabajas el cuerpo. Tu mente también necesita tiempo.”
Tenía razón.

Ahora, cuando pienso en esos días de sofá eterno, no puedo evitar sonreír un poco.
El camino fue lento, sí.
Pero mereció la pena.

La operación fue el inicio, pero la verdadera recuperación empezó cuando entendí que dar pequeños pasos no significa retroceder, significa avanzar con más cuidado. Y eso, también está bien.»*

La recuperación comienza después del quirófano

Te dicen que la operación salió bien, que todo ha ido según lo previsto. Respiras aliviad@, pero al poco tiempo, empiezas a entender que la cirugía fue solo el comienzo. Ahí, en casa, con el cuerpo medio dormido, empieza la verdadera batalla: recuperar el movimiento, la fuerza y la confianza.

En DMEM tenemos claro que una buena rehabilitación, requiere de movimiento. Eso si, un movimiento inteligente.

Pensamos que, lo ideal es lograr equilibrar el descanso con la activación adecuada. No es moverte por moverte, sino hacerlo bien para evitar compensaciones, recaídas o cronificar el dolor.

¿Por qué es imprescindible la fisioterapia post- cirugía?

Si has tenido una operación, es muy probable que te hayan dicho: “Tienes que hacer rehabilitación.”  La fisioterapia postquirúrgica no es opcional. Es la diferencia entre:

  • Recuperarte bien o vivir con secuelas: Sin movimiento, las cicatrices se tensan, los músculos se atrofian y las articulaciones pierden movilidad.
  • Volver a moverte sin dolor o “a medias”: La falta de rehabilitación puede dejarte con rangos de movimiento limitados o dolores residuales.

Dejando atrás el “no hagas nada”. Avanzando al “hazlo bien”.

La frase no hagas nada, puede parecer un alivio al principio… pero realmente es un enemigo silencioso.

El fisioterapeuta en la fisioterapia post-quirúrgica actúa de guía.

¿Cómo?

  1. Te ayuda a reducir el dolor y la inflamación: A través de técnicas manuales y ejercicios suaves.
  2. Te ayuda a recuperar la movilidad o no perderla: El cuerpo necesita aprender a moverse de nuevo sin miedo.
  3. Reeduca tus patrones de movimiento: Evita compensaciones que te puedan traer nuevos problemas.
  4. Te devuelve la confianza en tu cuerpo: Porque sí, puedes volver a levantarte, a caminar, a agacharte…

Moverse bien no significa forzarse. Es un equilibrio entre calma, constancia y confianza.

¿Psicología post-quirúrgica?

Después de una operación, el cuerpo no es el único que necesita cuidados. La mente también juega su papel, y a veces, las emociones nos hacen la recuperación más difícil y puede que los pensamientos nos jueguen malas pasadas.

  • Miedo: “¿Y si vuelvo a lesionarme? ¿Y si no me recupero bien?”
  • Frustración: “Antes podía hacer esto sin problema, ahora ni me muevo bien.”
  • Ansiedad y estrés: La incertidumbre y el dolor pueden generar un estado de alerta constante.
  • Baja confianza: Sentirte limitad@ puede hacerte dudar de ti y de tus capacidades.

Post-operación: El sofá te subgiere pero no te conviene

Potencia tu rehabilitación entre capitulo y capitulo de Netflix

Moverse bienSi al psicólogo
rehabilitación operación lesión. Post-cirugía

5 Consejos prácticos para una recuperación efectiva

  1. Escucha a tu cuerpo:
    No ignores las señales.
    Distinguir entre “dolor a evitar” y “dolor a soportar” te ayuda a avanzar.  
    Tu fisioterapeuta puede ayudarte a identificarlos.
  2. Mantén una rutina de ejercicios:
    La fisioterapia funciona mejor si eres constante. Dedica unos minutos al día a los ejercicios que te han pautado. La constancia es un factor indispensable en esta periplo.
  3. Cuida tu postura:
    Cuando te recuperas, el cuerpo tiende a adoptar malas posturas por miedo al dolor.
    Presta atención a cómo caminas, te sientas y te mueves.
  4. Descansa lo necesario:
    El descanso es parte del proceso, pero ojo: reposo no es abandono.
    Descansar sí, quedarte quiet@ para siempre, no.
  5. Sé paciente contigo mismo:
    El cortisol no es un buen aliado para las lesiones. Para una recuperación efectiva, necesitamos llenar la mochila de aceptación y consideración contigo mismo.
    Sé que es complicado y que, comprensiblemente, aparecerá enfado y frustración… pero si estas ideas se disipan rápido.. mejor.

La recuperación postquirúrgica no se trata de correr, sino de avanzar con cuidado y con ayuda profesional. La fisioterapia y la psicología pueden ser una buena estrategia para pasar esta situación y salir victorios@.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *