Hábitos saludables: ¿Por qué empiezo el lunes y lo dejo el martes?
«Otra vez frente al espejo. «Venga, esta es la definitiva» – me digo a mí mism@.
Después de innumerables intentos fallidos con dietas estrictas, rutinas de ejercicio imposibles y esos malditos rebotes de peso, he decidido que es hora de un cambio de hábitos reales.
Quiero adoptar hábitos saludables que perduren.
Mejorar mi alimentación, incorporar deporte a mi vida y, sobre todo, sentirme bien conmigo mism@.
Pero siendo sincer@, ya no me quedan ganas. Siempre termino sintiendo que fracaso, que soy una decepción andante y que me falta disciplina.
Aun así, llevo semanas planificando cada detalle: el menú equilibrado, las rutinas de ejercicio que incluyen desde cardio hasta yoga, incluso horarios para comer y dormir mejor.
¡Esta vez sí que sí!. ¡Voy a lograr ese cambio de hábitos que tanto anhelo!.
Llega el gran día. Me levanto con energía, me preparo un desayuno saludable lleno de proteínas y frutas, y estoy list@ para empezar mi nueva vida fitness.
Entonces suena el teléfono. Son mis amigos: «¿Te vienes esta tarde al cine y luego unas cervezas?» – Miro mi planificación.
Pienso en mi dieta, en que hoy tocaba ensalada y una sesión de gimnasio. Pero claro… no puedo decir que no.
Son mis amigos, y además, ¡hace tanto que no salgo! Así que digo que sí.
Esa misma noche, después de unas cuantas cervezas, tapas y palomitas tamaño familiar, vuelvo a casa. Miro el plan pegado en la nevera y siento que he vuelto a fallar en mi intento de mejorar mi alimentación y mantener hábitos saludables.
«¿Para qué seguir intentándolo?»– pienso – «no sirvo para esto. Se acabó».
¿Te suena familiar? Si es así, bienvenid@ al club de los ‘mañana empiezo’. Pero aquí vamos a descubrir juntos cómo lograr ese cambio de hábitos sin perderte por el camino, incorporando una alimentación balanceada, ejercicio físico y, sobre todo, siendo amables con nosotros mismos.»
¿Por qué siempre fracaso al intentar cambiar mis hábitos?
Te sientes motivad@, haces un plan perfecto, y a la semana ya has tirado la toalla. ¿Por qué pasa esto?
Querer cambiar de la noche a la mañana, es como querer ver juego de tronos en 1 hora… Imposible.
Por eso, es hora de ajustar tus expectativas y ser realistas.
Para empezar, tú no eres deportista de élite. Tienes una vida, con responsabilidades de mortal, un trabajo, amigos, pareja… etc.
Por lo tanto, tienes que adaptar tus objetivos a tus circunstancias personales para poder sostener los nuevos hábitos en el tiempo.
Hacer una planificación de entrenamiento y un plan de alimentación sin tener en cuenta tu punto de partida, es una carta al fracaso.
Por otro lado, no puedes confiar siempre en las ganas que tienes el día en que empiezas… por que esto cambiará.
Seguramente haya algún día que te mueras de ganas por comer saludable e ir a entrenar… pero mientras ese día llega, te sugiero que tengas muy presente qué objetivos a corto, medio y largo plazo quieres conseguir.
¿CÓMO EMPIEZO A CAMBIAR MIS HABITOS?
Los cambios radicales no nos vienen bien… por lo que empezamos en pequeñito. Cosas sencillas y asequibles.
No hay nada mejor que ir obteniendo pequeños éxitos de forma gradual.
Vamos a ponérnoslo fácil. ¿Cómo empiezo?
Añade una pieza de fruta a tu alimentación, camina hasta el gimnasio (aunque no te hayas apuntado) y luego vuelves a casa. Parece una tontería pero así preparas el camino por si decides apuntarte más adelante.
Otra estrategia que puedes seguir para empezar a cambiar tus hábitos es intercalar lo nuevo con lo habitual. Utilizar tareas que haces a diario como disparadores de un hábito que es novedad.
Por ejemplo:
- Al poner la mesa para comer, incluye siempre una porción de vegetales o ensalada.
- Mientras desayunas por la mañana, puedes ojear la agenda y el plan que tienes para el día.
- Cuando terminas tu jornada laboral, dedica 3 minutos para organizar el día siguiente.
¿CÓMO PUEDO MANTENER LA MOTIVACIÓN AL LARGO PLAZO?
Aquí es donde muchos tropezamos: la motivación es el arranque no el motor.
Hablamos de motivación para referirnos a los motivos que tenemos para hacer algo, pero esto puede ir cambiando con el tiempo.
Muchas personas empiezan a hacer ejercicio físico para cambiar su cuerpo, y lo mantienen en el largo plazo porque encuentran la satisfacción y quieren rendir en ese deporte.
El compromiso contigo mism@ cumple la función de mantener el proceso.
La disciplina de la que todo el mundo habla es valorarte.
Tenerte como prioridad y darle la importancia que se merecen a tus necesidades.
Si te comprometes con tus propios objetivos y los posiciones arriba en tu jerarquía, se hará más fácil mantener tus rutinas.
REFUERZA TU PROGRESO
Igual que le agradecerías a un/a colega que te acompañase en el proceso, agradecetelo a ti . Hacerse consciente de un cambio puede resultar difícil. Si lo haces bien, ¿por qué no te vas a recompensar? Una buena ducha después del gimnasio, una buena cena cargada de nutrientes… Un conjunto de deporte nuevo para estrenar en el gimnasio .
Nos beneficiaremos de recompensar nuestros hábitos, nuestro esfuerzo y nuestro compromiso.
Y lo más importante, no necesitas hacer todo perfecto , necesitas sostenerlo en el tiempo lo necesario para que funcione.
Si te sentiste identificad@ con la historia del principio, te entiendo .
Todos hemos pasado por esos momentos en los que las buenas intenciones chocan con la realidad y terminamos abandonando nuestros planes de adoptar hábitos saludables.
Pero aquí está la clave: no se trata de ser perfect@, sino de ser constante y amable contigo mism@.
Los tropiezos son parte del proceso, y cada día es una nueva oportunidad para retomar el camino.
Recuerda que la motivación es solo el punto de partida; lo que realmente te llevará lejos es la disciplina, la paciencia y el compromiso contigo mism@.
La próxima vez que tus amigos te inviten a salir justo el día que planeabas empezar tu nueva rutina… Integra esos momentos en tu vida.
Quizás puedas elegir una opción más equilibrada en el menú o proponer una actividad diferente…. o no.
Se trata de encontrar las opciones con las que más cómod@ te encuentres.
Formar hábitos saludables es un viaje, no un destino. Y en ese viaje, habrá subidas y bajadas, pero cada paso cuenta.